Food porn al microondas

La industria alimentaria lanza productos de calidad con precios justos que nos ayudan a ahorrar, productos sanos que nos ayudan a practicar hábitos de vida saludable, y a veces además hacen el esfuerzo de preocuparse por su impacto en el medio ambiente, o tienen programas de ayuda a los más desfavorecidos en época de crisis. Todo eso ayuda a que los consumidores apreciemos mejor esa marca, gracias a esos valores positivos que asociamos a ella.

Exploremos los límites

Pero, queridos amigos y marcas de alimentación: no todo es vivir sano, de vez en cuando hay que explorar los límites para volver a la zona de confort, porque si no vivir sería ¡taaan aburrido!. Lo saludable está muy bien, pero no todo en la vida es cuidarse, también hay que pecar de vez en cuando. En una vida saludable cabe de todo, siempre y cuando se haga con moderación. Gran parte de los consumidores están hartos de que se les diga que tienen que cuidarse, y cómo tienen que cuidarse. Pero la pura realidad, es que lo contemos o no, todos “pecamos”, y en mayor o menor medida, todos caemos en la tentación ante un buen postre. Y es que tiene su puntito traspasar lo prohibido, ya sea porque engorda o ya sea porque es inmoral.

Auténtico food porn al microondas

Así que food marketers, démosle a los consumidores buenas ideas para hacerlo bien. Diferénciate de tu competencia con un buen plan de contenidos y ¡salte de lo corriente!. Genera contenidos interesantes de cualquier tema, como por ejemplo elaborando recetas y fotografiando postres fáciles al microondas, un tanto indulgentes, obscenas, y “picantes”. El food porn es un estilo refinado, propio de la alta cocina, que busca la sugestión y la sensualidad a través de primerísimos planos del ingrediente. Y es justo lo que ocurre con esta taza de exquisito chocolate con leche, rebozada de nubes de azúcar. ¿No se os hace la boca agua?

Si comer es uno de los grandes placeres de la vida, comerte un delicioso postre sería como un orgasmo.

Si haces food marketing, despierta ese deseo entre tus consumidores, de manera que, nada más ver las fotos de esos postres, saliven cual perro de Paulov y no puedan contener sus instintos más primarios.

¿Quién no estaría dispuesto o dispuesta a hacer desaparecer, como por arte de magia, esta pecaminosa tarta de queso? Seguro que ya te has imaginado cómo sabría esa cucharada en tu paladar.

¿Y qué decís de este Hot Dog de chocolate y plátano? Es todo sensualidad y casi lujuria.