Bodegones comestibles con la técnica del gyotaku

Imprimación pescado

Nos gusta experimentar y nos inspiramos tanto en cocineros actuales como Ángel León como en técnicas milenarias como el gyotaku. En nuestra última aventura culinaria hemos unido esas dos inspiraciones y hemos dejado nuestra imaginación volar para crear auténticos bodegones comestibles, creando impresiones de alimentos justo antes de ser cocinados.

Partiendo de la idea del gyotaku, esa técnica japonesa que trata de plasmar la figura y la esencia de los peces pescados utilizando tinta sobre sus cuerpos para como si de un sello se tratase, inmortalizándolos sobre una delicada y fina lámina de papel de arroz, hemos rizado el rizo y nos hemos saltado los protocolos y las tradiciones.

Nos tomamos la licencia de utilizar otros productos y olvidarnos de utilizar tinta china para utilizar pigmentos naturales con los que luego cocinaremos cada pieza a retratar.

¿Por qué un chuletón no puede ser impreso con mostaza?, ¿o un morro de cerdo con pimentón?.

La imaginación vuela y las ideas se amontonan. Quizás este sea el principio de los nuevos bodegones, suplantando aquellos cuadros de casa de la abuela de un canasto con fruta, o las viandas cazadas en la última salida por un grupo de campesinos con sus perros.

El calamar quiere ser pintado con su tinta, a la manzana le va la canela y el pollo no vuela sin su curry, ¿cuál será el siguiente?

Aquí os dejamos unas ideas plasmadas en fotos para que os inspiréis y probéis en casa con lo que tengáis a mano. Sacad el artista que lleváis dentro antes de poner la mesa.

gyotaku morro de cerdo

Sin tener mucho morro empezamos a desmontar en nuestra cabeza el proceso de impresión del clásico gyotaku fijándonos en algo tan tradicional como el morro de cerdo guisado.

Pensando en cuál sería su tinte, creímos que no hay mejor representante del cerdo que el pimentón. Los adobos son embajadores de pimentón y los guisos de cuchara donde haya alguna pieza del marrano en uso, su extensión en el mundo culinario castizo. Los callos, la oreja guisada, los rabitos de cerdo, etc…todos sin excepción llevan como ingrediente el pimentón. Pues el morro no iba a ser la oveja negra de la familia y pensamos que después de pintar esos morros color carmín, que mejor manera de plasmarlos en un plato que en un sencillo y tradicional guiso de morro picante, al estilo oreja en salsa, francamente delicioso

gyotaku pollo

Si internacionalmente pensamos en platos donde se vea involucrado el pollo, unánimemente sale a relucir una palabra que a mí me hace temblar las rodillas y es la palabra curry. En vez de guisarlo, como podrían hacer los orientales, en una crema de leche de coco y verduras troceadas, disfrutamos masajeándolo con una pasta de galanga, lemón grass, jengibre y curry de Madrás, antes de introducirlo al horno y dejarlo dorado como si caído del cielo viniera. Una delicia de preparación si sabiamente se hidrata la pieza en cuestión, para que no se reseque durante el proceso de horneado. El resultado dejará sin palabras, no volverás a ver un cuadro de tonos ocres sin recordar a este pollo y empezar a salivar.

gyotaku manzana

No podríamos olvidarnos de las frutas en este reto personal y rápido se nos vino una combinación digna de cualquier orgasmo, la manzana y la canela caminan juntas por los siglos de los siglos, amen. Y que mejor manera de comerse una manzana que asada lentamente, hasta que la pulpa torne en una deliciosa compota, cocinada en su propia piel, dejando a florar los ácidos y azúcares naturales de la propia fruta, eso sí potenciados por el aromático poder de la canela hasta hacernos volar al cielo. Claramente, repetiremos.

gyotaku calamar

Hacer un gyotaku de un calamar con tinta china sería imperdonable si no aprovecháramos algo que la naturaleza nos regala como es su propia tinta. Y que mejor manera de cocinarlo que en ella. Al igual que la lamprea se cocina con su sangre, el calamar lo hará con la suya propia, creando un guiso en el que se hace la obligación de compartir con un buen pedazo de pan, rebañando cada rincón de la cazuela y tintando nuestros dedos con esa esencia de mar.

gyotaku chuletón

Para disfrutar de una buena carne, pocas cosas le hacen falta más que una buena sal y un par de vueltas de pimienta, pero si algo extraño a ella podría acompañarla, sin duda alguna, esa debería ser la mostaza. Esas potentes semillas de pronunciada nasalidad, son ideales para combinar con sabores ferrosos como el de las carnes de ternera o buey. Solo afila tu cuchillo y disfruta del momento vivido cada vez que veas la impresión en el fino papel de arroz.

gyotaku imrpimir pescados

Como colofón y por respeto a la técnica y al inspirador Ángel León, nos decantamos hacer un tradicional gyotaku usando un producto que nos tiene enamorados por su fantástico sabor y propiedades: el plancton marino. Para perpetuar su esencia, su color y sabor, elegimos una técnica tan clásica como los pijamas a cuadros, la sal. Le preparamos al pescado un horno de sal marina, donde se cocinó en su propio jugo y donde el placnton penetró hasta sus espinas, dejando un sabor único e irrepetible.

Lubina a la sal con plancton

El gyotaku es la técnica a través de la cual los marineros japoneses guardaban recuerdos de sus capturas más memorables cuando todavía la fotografía y la taxidermia no eran muy usadas. Nosotros hemos experimentado esta técnica con diferentes alimentos, aplicando a cada una la tinta comestible que nos ha parecido más apropiada, y cocinando luego el resultado. Además de conseguir interesantes propuestas hemos disfrutado en la cocina como enanos.

Si quieres saber más sobre las aplicaciones del gyotaku o sobre nuestra forma de trabajar, ponte en contacto con nosotros y le sacaremos todo el partido a tu producto.

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